jueves, 31 de marzo de 2016

MI CHALECO



Por fin. Y en verdad, sin comentarios. Aquí está él, nomás. 






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DESENCUENTROS quizá PRODUCTIVOS


A veces dialogar con la prenda se hace duro: ella se empeña en que no..., y es que no. Así que me veo obligada entonces a buscar alternativas, a intentar otras maneras, a adaptarme a sus exigencias; al fin y al cabo, estamos ambas involucradas en un proyecto común que llevar a término con un cierto éxito, vaya.


Es el caso de una recalcitrante chaqueta gris, primer proyecto pensado para una suave lana de alpaca peruana (regalo de una amiga) y de la cual tengo tejida ya una gran pieza de espalda. Y digo "gran" porque, siendo aún una principiante en el tema de las medidas, y siendo yo persona de caderas anchas, esta pieza sola ya me ha consumido casi la mitad de la lana disponible. Y no es cuestión de ir al Perú a buscar algún ovillo más...

De modo que, prenda mía, ¿qué hacemos? Soluciones posibles: con otra lana de colores tejer 2 delanteros, o 2 mangas. Pues adelante, vamos a por la lana de colores.

Naturalmente, hay que probar: colores, texturas, grosor...
Y aquí comienza la aventura que da nombre a la segunda parte de este título: "quizá productivos".

¡Cuán diferente es el efecto de la lana en ovillo o tejida!
Pero qué bueno es experimentar. Y de cada experimento en principio fallido puede salir una idea nueva. 



Es lo que ocurrió con una de 
las lanas (Azteca, de Katia), que pasó directamente de ser una muestra ("¿Qué pasaría si...?") a convertirse en La Bufanda de MB. Adornada con un primaveral broche de flores de algodón, y dispuesta en una caja primorosamente preparada por mi amiga artista del scrap, fue un bonito regalo de Pascua para otra muy buena amiga barcelonesa.


Bien, pero... ¿qué hay de la chaqueta gris? Como la lana Azteca no resultó adecuada, pasamos al modo "Siga buscando". En mi viaje de vacaciones a Barcelona llevé conmigo una lista de tiendas laneras por si se presentaba la ocasión. Unas estaban cerradas por ser fiesta, otras por el horario, y finalmente localicé Oyambre, un amplio establecimiento dedicado a distintos tipos de labores. Allí me enamoré -entre muchas otras cosas- de unos ovillos preciosos, multicolores, y me llevé los 2 que estaban en la estantería. Me parecieron suficientes.



Al regresar a casa me faltó tiempo para ponerme a tejer. Pero el resultado... La pieza gris dijo que no, que la nueva lana era preciosa, pero que no. Pfffffff, ¿y ahora, qué?

De momento, la lana bonita queda en espera de dar forma a algún proyecto interesante. Llegará su momento.

Y yo, dispuesta a arrumbar la pieza gris y comenzar otra prenda más agradecida y de convivencia más fácil. Pero hete aquí que todavía quedaba una posibilidad: un ovillo que había sido desechado en su momento por parecer demasiado grueso...  Vamos a probar.




Pues bien, la labor está en marcha, se ha reiniciado el diálogo, y seguramente llegaremos a término en breve. Espero que sea así antes de que se instalen definitivamente las calores en esta bendita ciudad del sur, donde las frescas brisas marineras ya empiezan a ser sólo ¡un amable recuerdo del pasado! 


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miércoles, 9 de marzo de 2016

KAISLA CUMPLE 2 AÑOS


   El próximo 15 de marzo es el 2º cumpleaños de Kaisla, nuestra "Frijolina", la hija de Henri y Mona. De algún modo ella es la madrina de toda esta actividad tejedora mía, que se inició con aquella mantita de bebé (en diciembre de 2013) y siguió con la 2ª manta más elaborada (qué atrevimiento... y cuántos errores).  Pero sé que fueron útiles, eso me alegra.



Primera mantita
Segunda mantita

   Desde entonces ha sido un no parar. Los cajones de esta Cómoda guardan un pequeño muestrario de las cositas que han ido saliendo de mis manos...  y espero que cada vez vayan siendo mejores y más útiles y bellas.


   Para celebrar, pues, este 2º aniversario he preparado unas cosillas para enviárselas a ese "frío" país de Finlandia. Cada vez menos frío, pues este año sus temperaturas de invierno no están en los -20º sino simplemente en torno a los 0º!!! Así que no sé si este regalo será muy utilizado o no.

   Como en el nacimiento de una hija algo tienen que ver los padres, he tejido:


* una suave bufanda para Mum, sobre cuyo fondo gris destacan unas alegres florecillas primaverales.






* para Dad, una vistosa corbata de artista, para que lo acompañe en sus conciertos de guitarra.


Y para Kaisla,
una sinuosa bufanda Serpentina




con la que, si se hacen amigas, podrá abrigarse durante bastantes años (¡mide 1,50 m de punta a rabo!)

Ahora sólo falta empaquetarlas y...
¡a volar!

¡Feliz cumple, Familia!


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viernes, 19 de febrero de 2016

FLORES DE OTOÑO III


Esta ya ha sido flor de otoño-invierno, pues su generación coincidió casi con las dos anteriores, pero ha eclosionado definitivamente en pleno mes de febrero.

¿El origen de la idea? Bueno, con mis ansias de aprendizaje formal compré un par de revistas Katia para elegir algún modelo y ejercitarme en seguir unas instrucciones precisas.
Elegí uno sencillo, 2 colores, cuello fácil, mangas largas.
La lana no era la misma, pero estos modelos dan el esquema en centímetros, no en puntos, lo cual facilita la tarea haciendo el cálculo debido sobre la muestra previa (que debe tejerse con el hilo y las agujas adecuadas a la propia labor).


¿Cuánto duró mi fidelidad al modelo? Creo que no pasó de la primera franja a partir de la patente. Se impuso el "Qué pasaría si..."  y el diálogo con la prenda. Combinación de los colores "ad libitum" en tamaño y orden, aunque mantuve la constancia en las texturas: punto jersey en verde/ jersey retorcido en rosa

Naturalmente, tejer un largo entero del mismo punto resulta muy aburrido; para ello existe el recurso al canesú.

El reto de las mangas fue superado con éxito. Y el escote se remató con un buen punto cangrejo a ganchillo.



¿Cuántas veces tuve que volver a la tienda a buscar ovillos? ¿Cómo fue que ya no había más lana rosa y la ultimísima vuelta del cuello me la solucionó un poco de hilo de aquel jersey "de prácticas" del verano anterior?  

Finalmente, a la hora de la verdad, se vio que ¡mi cuerpo no funcionaba para ese jersey! El diálogo con la prenda, tan intenso durante todo el viaje, había terminado al llegar a la estación de destino.

Al igual que había ocurrido con el Caballero de la Bella Figura, fue la joven Dama Morena y Esbelta la elegida. Y así dije de nuevo adiós a la prenda que había crecido en mis manos durante todo ese tiempo. 





Y soy feliz al verlos tan lindos, tan garbosos... 

Algún día quizá alguna prenda se quede conmigo. Algún día...  Se verá.


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FLORES DE OTOÑO II

Ay, como apuntaba antes se necesita constancia para ir construyendo punto a punto y vuelta a vuelta toda una espalda, 2 delanteros, 2 mangas y... todo lo que haga falta.

Por ello hay tejedoras que llevan adelante 2 o más proyectos a la vez, así descansan de uno y adelantan otro. En mi caso, si tengo entre manos una larga tarea, elijo intercalar otra más corta que me dé la alegría (o no) de verla terminada en un breve plazo.

Este fue el motivo que dio origen a la Bufanda de Alei

En realidad cuando comencé a tejer no pensaba en una bufanda, sino en hacer una muestra de punto tunecino para variar. Pero al ver el resultado pensé que era una lástima desperdiciar tiempo, trabajo, lana y aquel trozo, que iba siendo bonito y que acabaría en un cajón sin pena ni gloria.

Y allí empezó el viaje. Combinando varios restos de lanas (100% merino)

y avanzando como un tren rápido por sus raíles. Con una bufanda no hay problema de medidas: cuando crees que es lo suficientemente larga, cortas. Un buen remate de ganchillo todo alrededor y... se acabó.

¡A punto para regalo!



FLORES DE OTOÑO I

Ya decidida a entrar de lleno en el terreno del vestuario, mi siguiente proyecto fue hacerme un chaleco sin mangas, muy adecuado para este clima malagueño de largo entretiempo. Tomé medidas (jaja), elegí puntos y lanas, calculé religiosamente sobre una muestra... y hala, a empezar el diálogo con la prenda. 

La cosa iba muy bien, pero no sé cuándo ni cómo descubrí que aquello me sobrepasaba, en largo y en ancho, incluso en colorido. ¿Qué hacer? No iba a deshacerlo todo. Ni siquiera una parte...



La solución llegó en forma de caballero andante. El chaleco le dijo claramente: "Soy para ti", y mi trabajo terminó cuando  ambos se fueron andando, fundidos en uno solo: 
el Caballero de la Bella Figura.




MEDITACIONES TEJERILES III

En este punto de mi experiencia tejeril ya me siento completamente atrapada. Es curioso: se trata de una actividad podríamos decir "adictiva" para personas de carácter activo y creativo. He pensado un poco acerca de ello, y he encontrado algunas posibles explicaciones a tal fenómeno.

La mayoría de la población tejedora somos mujeres. Y ello desde los tiempos del neolítico en todas las culturas que pueblan el planeta. Somos, pues, parte de una tradición multimilenaria. Cachet!

¿Qué solemos tejer, principalmente? Prendas de vestir, objetos decorativos y útiles para el hogar, para regalar y para nosotras mismas, quizá para vender a otras personas que los utilizarán para los mismos fines...  

Un valor: "Hecho con mis manos". Artesanía. Arte. Pura Atenea.

Otra característica es poder destinar tiempo a este menester. En mi caso, mientras era una profesional en ejercicio, ni se me ocurrió pensar en tejer nada. Bueno, sí: mientras mi hija era muy pequeña me atreví a tejerle una media toquilla y un par de jerseys, que se hacía relativamente pronto. El último intento, ya con una talla medio grandecita, ¡no fue más allá de un chaleco sin mangas!

Ahora, entradita ya en la III Edad, disfruto creando objetos con formas, colores y texturas que antes no existían, aprendiendo poco a poco técnicas nuevas para mí, aprendiendo a combinar la creatividad con la disciplina (¡ay!), a practicar la constancia (una misma prenda requiere  muchas horas de trabajo y no se puede estar variando de plan cada poco) y tantas cosas más...

Y me divierto con los retos que se me van planteando y con las soluciones a mis errores de cálculo, por ejemplo, ¿a quién le sentará finalmente bien el jersey que inicialmente era para mí?  A estas alturas ya ha habido 2 beneficiarios... ¡Dichosos ellos! Han tenido un buen regalo inesperado.

Ya me tocará algún día, espero que pronto. Se verá.




COSECHA VERANO 2015


Llevo bastante tiempo sin escribir, pero desde luego no es por falta de actividad tejeril, sino todo lo contrario. 

En la última entrada citaba un  jersey que había quedado descansando “en su bolsa de algodón en espera del otoño propicio”. 

Pues bien, justo antes de que llegara el otoño, fue terminado y entregado a su dueña…  para que le sirviera de buen abrigo en los fríos días alemanes.


Por otro lado, durante aquella estival hibernación, otros proyectos se hicieron realidad. 

El primero, este fresco top de algodón tejido para mi hija entre los meses de junio y julio .


 El cuerpo, tejido a 2 agujas y la cenefa y tirantes, a ganchillo.

También a ganchillo el adorno de frutas.



Este broche de cerezas fue replicado a petición suya como detalle para obsequiar a sus compañeras de recolección de tan sabrosa fruta en un huerto ecológico por ellas cultivado.


El segundo proyecto veraniego ha sido tejer un jersey “de prácticas” para mí. 

Con él he practicado una serie de técnicas en las que me he ido iniciando con resultados diversos, de modo que ahora tengo ya una serie de cuestiones concretas a resolver.

Cómo tomar medidas y atenerme a ellas (¡y que el resultado sea el previsto, ay!) 

Cómo distribuir los aumentos y disminuciones en las mangas y en los laterales de la prenda. Cómo levantar puntos con absoluta limpieza y uniformidad. Como hacer los distintos tipos de costuras... Me ha encantado entrar a tejer puntos calados. Y lo mejor de todo: usar las agujas circulares, ¡qué gozada y qué alivio! No hay que sostener el peso de la prenda y las agujas, y se puede mantener una postura mucho más cómoda al tejer... Eso sí, tiene sus truquillos, todos simpáticos y beneficiosos (espero ir descubriendo con el tiempo muchos más).

?????????????  !!!!!!!!!!!!!




lunes, 25 de mayo de 2015

TEMPUS FUGIT ...


Llevo una temporada sin escribir. 

   Claro: estoy tejiendo, y ya no cosas pequeñitas o medianas sino prendas grandes. ¿Digo prendas? Hace unos 2 meses comencé un jersey de lana para una amiga de mi hija, pero se ha quedado en stand by por varios motivos: la joven está muy ocupada con sus actividades hortícolas y pedagógicas, y por otra parte pensar y trabajar en lana...  resulta de hecho bastante fuera de temporada. De momento la labor descansa enrollada en su bolsa de algodón, a la espera del otoño propicio.

   Ahora es más bien tiempo de labores frescas, y estoy trabajando en un top para mi hija: Algodón amarillo, agujas del 2 y medio. ¡¡¡ No veo la hora de tejer algo con agujas del 5 o superior !!!  Aun siendo un punto bastante fácil, no cunde: tardo un montón. (Ahora comprendo por qué en los blogs de tejedoras se recomienda el sistema continental porque permite tejer con mayor rapidez. Pero aún no he aprendido esa técnica, será ya en la próxima etapa). 

   También, y para descansar "entre horas", he probado con las flores de ganchillo y he jugado a hacer algunos broches.



   Estas pequeñas piezas resultan bastante divertidas de tejer, y no llevan demasiado tiempo.



   En los broches, he de perfeccionar el sistema de sujeción del cierre, y lograr una buena consistencia de la parte tejida.


Otras flores me han servido para decorar un cojín.




   Bien, voy a seguir con el top, que parece va a ser la primera prenda terminada (espero que pronto), y a ver si después le siguen unas cuantas más...   Ganas hay, pero sí que voy a tener que aprender el método continental cuanto antes, vaya.


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