Por fin. Y en verdad, sin comentarios. Aquí está él, nomás.
************
Es el caso de una recalcitrante chaqueta gris, primer proyecto pensado para una suave lana de alpaca peruana (regalo de una amiga) y de la cual tengo tejida ya una gran pieza de espalda. Y digo "gran" porque, siendo aún una principiante en el tema de las medidas, y siendo yo persona de caderas anchas, esta pieza sola ya me ha consumido casi la mitad de la lana disponible. Y no es cuestión de ir al Perú a buscar algún ovillo más...
las lanas (Azteca, de Katia), que pasó directamente de ser una muestra ("¿Qué pasaría si...?") a convertirse en La Bufanda de MB. Adornada con un primaveral broche de flores de algodón, y dispuesta en una caja primorosamente preparada por mi amiga artista del scrap, fue un bonito regalo de Pascua para otra muy buena amiga barcelonesa.
Al regresar a casa me faltó tiempo para ponerme a tejer. Pero el resultado... La pieza gris dijo que no, que la nueva lana era preciosa, pero que no. Pfffffff, ¿y ahora, qué?
Claro: estoy tejiendo, y ya no cosas pequeñitas o medianas sino prendas grandes. ¿Digo prendas? Hace unos 2 meses comencé un jersey de lana para una amiga de mi hija, pero se ha quedado en stand by por varios motivos: la joven está muy ocupada con sus actividades hortícolas y pedagógicas, y por otra parte pensar y trabajar en lana... resulta de hecho bastante fuera de temporada. De momento la labor descansa enrollada en su bolsa de algodón, a la espera del otoño propicio.
