¡ADELANTE, ABRIMOS LAS PUERTAS!
Hace aproximadamente un año redescubrí el tema del tejido, primero con el ganchillo, la lana y el algodón; y recientemente me he reencontrado con las 2 agujas de tricotar.
Digo "reencontrado" porque hace unos 30 años que no tocaba un palillo, desde que mi hija era una bebé y le hacía sus jerseycitos. De repente, no sé por qué me empezaron a entrar ganas de tejer (quizá el instinto subconsciente de abuela, la edad, la jubilación…) y la ocasión se presentó con el nacimiento de la hijita de unos amigos. Ya está, le tejeré una manta, que siempre viene bien y no hay problema de tallas.
Así empezó esta nueva etapa artesanal, que ha proseguido con furia tejeril a lo largo de este 2014. He visitado blogs, revistas, tutoriales varios, he comprado libros ilustrados, compartido experiencias, aprendido técnicas y realizado un montón de prácticas. He disfrutado muchísimo descubriendo, inventando, regalando…
Pero no debo olvidar aquella máxima del Oráculo de Delfos:
NADA EN EXCESO
La relación con los seres queridos y más cercanos puede perecer asfixiada bajo una catarata de ovillos, madejas, cojines, tapetitos y otros artilugios imposibles que caen sobre el hogar con ritmo inmisericorde a la voz de "Mira, mira qué bonito. ¿Te gusta?".
Haya Paz.
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